Nunca he visto un Fertilizante que no me guste... A decir verdad, hoy en día los fertilizantes son el mantra de los cultivadores norteamericanos. Hay tantos autodenominados “fertilizantes” que se necesitaría el trabajo de un súper-ordenador para tan solo poder contabilizarlos.
El problema es que hay pocos que sean verdaderos fertilizantes del metabolismo, que es lo que un fertilizante debería de ser. La mayoría son o bien nutrientes adicionales, compuestos orgánicos, o el resultado de alguien dándole vueltas a una vieja idea.
Existe una compañía que tiene tres productos con una composición idéntica a los que tan sólo se les han cambiado los nombres para proteger al más débil. Un fertilizante actúa al margen de los nutrientes, permitiendo al organismo de la planta trabajar a niveles óptimos sin dejar huella en el mismo. En ocasiones actúa provocando resultados deseados, como una respuesta auto-inmune, o un incremento en la producción de aceites esenciales concretos.
Hay muchas maneras de conseguirlo por ejemplo, sobrecargando un componente particular y esperando que ocurra una reacción descontrolada, “anestesiando” un sistema concreto para producir una reacción u otra, o directamente interponiendo un componente a través de una migración translaminar o transcelular, o bien modificando la planta genéticamente. Ninguno de estos métodos son particularmente efectivos, consistentes o benignos (algunos incluso peligrosos). El problema es que estamos influyendo en una parte del sistema mientras ignoramos el resto. La mejor manera es conseguir todos estos objetivos con un componente común a todos los sistemas, Energía.
Afectando a todos los canales energéticos, desde la producción, la translocación, el almacenaje y la utilización, podemos afectar a todos los sistemas de manera equitativa. De esa manera, el mejor fertilizante sería el que afecte a todos los sistemas y les permita utilizar la energía de la manera más eficaz. Además, el mas adecuado sería aquel fertilizante que trabaje con los sistemas existentes, que no cause alteraciones en el balance, no produzca mutaciones, que trabaje dentro de los límites naturales de la planta y no deje ningún rastro que sea tóxico o alérgico. El fertilizante debe permitir que la energía se metabolice de manera fácil y que se mueva rápidamente y sea utilizada cuando se necesite y de manera ilimitada.
Permitiendo que todo esto ocurra, la planta tiene toda la energía que en cualquier momento pueda necesitar para la floración y la maduración, la producción de compuestos deseados como aceites o alcaloides, una fotosíntesis rápida y extendida, o el almacenamiento efectivo de componentes energéticos como el almidón; células mas fuertes y que se dividen mas rápido, y un mejor proceso de respiración en las células de la planta. Lo único que podría mejorar este mágico elixir es que estuviera compuesto de manera que afectara significativamente a áreas particulares de modo que el exceso en la producción de componentes deseados no altere o influya a otros sistemas, ya que la energía ahora fluye de manera libre y está disponible siempre que la planta lo necesite.
Utilizando los componentes correctos de la planta, y combinándolos con el proceso de descomposición adecuado podría incluso ser posible beneficiarse de otros resultados deseables, como la estimulación del sistema inmunológico natural de la planta (de la misma manera que las personas se vacunan).
Podemos incluso ser capaces de estimular una floración y una producción de resinas mas abundante mimetizando (tensores) específicos, o bien cambiar la proporción de compuestos internos en base a las demandas del mercado y produciendo menos cantidad de lo que es inefectivo. Podríamos llegar al punto de influir en la manera en la que están dispuestos los compuestos estructurales y químicos de tal modo que las cogollos lleguen a ser mas grandes, densos y con mucha mas resina.
CANNABOOST y BioBOOST
CANNA tiene dos productos en su gama: BioBOOST y CANNABOOST Accelerator. Los dos son idénticos en casi todos los aspectos pero, BioBOOST es orgánico sin ningún componente inorgánico añadido, y CANNABOOST tiene una parte de un componente que es inorgánico pero puro. El uso de este componente en el fertilizante hace que los resultados de las cosechas sean más rápidos y cuantiosos.
BioBOOST trabaja de una manera más lenta, pero es la respuesta perfecta para aquellos que quieran estar cultivar 100% orgánico en combinación con los nutrientes Bio Vega y Bio Flores. BioBOOST trabajará en todos los sistemas como CANNABOOST. Ambos productos actúan en el sistema energético de la planta en la manera descrita, y el componente orgánico aporta la parte que sería buena.
Una parte significativa de ambos productos son las oligosacarinas que son resultado de la descomposición de los bio-componentes. Estas son básicamente pequeñas cadenas de proteínas y cadenas de membranas de la célula que imitan a las encimas, hormonas y reguladores del crecimiento. Estimulan elementos clave en una planta como el sistema inmunológico (que estimula y actúa como preventivo), la producción de alcaloides y aceites esenciales, influye en la síntesis de las proteínas permitiendo que las células se hagan más densas, poniendo en marcha con firmeza el gusto “orgánico” en los componentes vegetales consumidos.
En lugar de probar varios productos que hagan lo mismo, un cultivador debería de invertir en CANNABOOST y BioBOOST y utilizarlos dentro de su paquete de productos.